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Contamos con 5 laboratorios especializados en diferentes aplicaciones, donde los análisis son apegados a metodologías definidas y las especificaciones de los clientes:
Análisis de patógenos y microbiología específica requerida por el cliente.
Análisis físico, químico y sensorial.
Análisis físico, químico y sensorial incluyendo porcentaje de fruta drenada.
Análisis físico, químico, sensorial e identidad de fruta.
Los alimentos no son compuestos estáticos, sino dinámicos y consecuentemente las ciencias alimentarias estudian la composición de los alimentos y los efectos que sus componentes provocan en el curso de los diferentes procesos a los que están sujetos los alimentos, investigando y descubriendo las conexiones que existen entre la estructura de los diferentes compuestos y sus propiedades organolépticas así como su capacidad de deterioro en función de su composición química.
La caracterización de los alimentos proviene de los resultados de los diferentes ensayos a los que pueden sometérseles utilizando diferentes métodos de evaluación, los cuales pueden agruparse en función de los objetivos que persigan y los principios en que se fundamentan. Así, la evaluación de los alimentos involucra tres tipos de análisis.
Implica la caracterización de los alimentos desde el punto de vista físico-químico, haciendo énfasis en la determinación de su composición química, es decir, cuales sustancias están presentes en un alimento (consistencia, grados brix, pH, densidad, fruta residual, contaminantes metálicos, residuos de plaguicidas, toxinas, antioxidantes, etc) y en qué cantidades estos compuestos se encuentran. El análisis fisicoquímico brinda poderosas herramientas que permiten caracterizar un alimento desde el punto de vista nutricional y toxicológico
Los alimentos son sistemas complejos de grandes riquezas nutritivas y por tanto sensibles al ataque y posterior desarrollo de microorganismos (bacterias, hongos y levaduras). En todos los alimentos hay siempre una determinada carga microbiana, pero esta debe ser controlada y no debe sobrepasar ciertos límites, a partir de los cuales comienza a producirse el deterioro del producto con la consecuente pérdida de su calidad y aptitud para el consumo. Por otra parte, existen microorganismos patógenos que producen enfermedades y cuya presencia es por tanto indeseable y hace extraordinariamente peligroso su consumo. El análisis microbiológico se realiza entonces con vistas a identificar y cuantificar los microorganismos presentes en un producto así como también constituye una poderosa herramienta en la determinación de la calidad higiénico-sanitaria de un proceso de elaboración de alimentos, lo que permite identificar aquellas etapas del proceso que puedan favorecer la contaminación del producto.
Constituye una disciplina científica que permite evaluar, medir, analizar e interpretar las características sensoriales de un alimento (color, olor, sabor y textura) mediante uno o más órganos de los sentidos humanos. A pesar de que la evaluación sensorial es el análisis más subjetivo, pues el instrumento de medición es el ser humano, muchas veces define el grado de aceptación o rechazo de un producto. Está claro que un alimento que no resulte grato al paladar, a la vista o al olfato, no será aceptado aunque contenga todos los constituyentes nutritivos necesarios y esté apto desde el punto de vista microbiológico.
Debe tenerse muy presente que ninguno de los métodos señalados tiene mayor o menor importancia que los otros y todos desempeñan un gran papel en la determinación del valor de los alimentos, POR LO QUE TODOS LOS LABORATORIOS SON DE VITAL IMPORTANCIA EN LA CADENA PRODUCTIVA.
Solo la aplicación articulada y consecuente de los métodos
físico-químicos, microbiológicos y sensoriales
puede ofrecer evidencia objetiva de la calidad integral de un alimento.
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